Discos Zeppelin. Para los amantes de la música y coleccionistas de todo el mundo

ESTUPENDO 3º ALBUN DE LA BANDA CON TEMAS EMBLEMATICOS COMO LA VERSION DE TOM WAITS Ol' 55" O TAMBIEN EL TEMAZO The Best of My Love, Already Gone..ENTRE OTRAS MARAVILLAS QUE ENCIERRA ESTE DISCO INMENSO CON LA BANDA DERROCHANDO CREATIVIDAD..,

quiza sea el ultimo albun a mi parecer de su 1ª etapa country rock..es asombroso como en su 3º disco seguian elevando el nivel, incluso hay un tributo con La presencia de Bernie Leadon a Gram Parsons con el tema (My Man). El álbum es mucho más variado que cualquiera de los dos primeros,

a mi siempre me traen recuerdos las canciones de eagles que siempre me acompañaron..ellos nos lanzaron a descubrier a otras formaciones americanas..pero claro, los eagles eran unicos..sus voces y composiciones siempre perfectas..y como sonaban sus discos..eran finales dde los 70 cuando empece a compra mis primeros discos y el ir consiguiendo uno a uno todos sus albunes fue toda una mision...claro que el primero fue como no el hotel california..que a todo el mundo nos dejo helados..pero cada uno de sus discos encierra joyas y temas ya etrnos que nunca dejaran de sonar y acompañarnos...al final se an convertido en una banda que generaciones siguen adorando, y con razon por supuesto

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En 1974, durante la grabación del tercer álbum de The Eagles, “On The Border”, se une a la banda Don Felder, un guitarrista oriundo de Gainesville, Florida. Durante sus años de instituto se ganaba unos dólares dando clases de guitarra a otros chavales de la escuela, entre ellos un tal Tom Petty. Pocos años después y ya como músico profesional, fue instruido en el arte del slide guitar por el inmortal líder de The Allman Brothers Band, Duane Allman.

En principio Felder fue llamado por The Eagles como músico de sesión, con la idea de introducir una guitarra extra y darle algo más de caña al asunto. Tras grabar lo que le pidieron, le pagaron y lo despidieron. Pero a la banda les gustó tanto su estilo elegante a la par que rockero que no tardaron más que un día en llamarle para ofrecerle un puesto fijo de guitarrista.

Y es que un tercer guitarra era justo lo que The Eagles necesitaban, ya que con su nuevo álbum “On The Border” querían adentrarse en territorios más rock, aunque para mi gusto consiguen un álbum algo deslavazado, inconexo. Fue grabado, como empezaba a ser costumbre, en el Reino Unido y durante las sesiones hubo un cambio de productor, haciendo que el tono en general terminase siendo, como digo, algo errático, irregular. The Eagles nunca sonaron demasiado crudos ni sucios, pero en este disco directamente hay varios temas que suenan repentinamente edulcorados, como en “My Man” –dedicada a a Gram Parsons, que acababa de fallecer-, cuyo pedal steel omnipresente no hace más que endulzar el tema. O en la canción que cierra el disco, “Best Of My Love”, que curiosamente fue el primer sencillo de la banda en alcanzar el nº 1 en los charts norteamericanos.

Otros temas como “Midnight Flyer” nos remiten automáticamente a los dos primeros discos del conjunto, con ese ritmo country folk con el característico banjo de Bernie Leadon, que por cierto empezaba a estar demasiado harto de Henley y Frey y su actitud tiránica con el resto de la banda.

“You Never Cry Like A Lover” suena también a los anteriores Eagles, esto es, un medio tiempo emotivo con mucha presencia instrumental, aunque la fórmula empieza a cansar por poco inspirada, al igual que en “Ol’55” (versión de Tom Waitts), si bien esta última tiene algo más de empaque y emotividad. En la parte central del disco, “On The Border” empieza realmente rock pero termina teniendo una cadencia funky de lo más setentera aunque ciertamente olvidable.

“Is It True?” es otra nueva lenta (¿cuántas van ya?) con cierto aire Beatle y queda como simplemente agradable. Pero, ¿dónde está el rock? Pues en temas como “Already Gone” que debe ser uno de los rock & roll’s más divertidos de The Eagles y uno de mis favoritos. Tres acordes, un punteo de guitarra vacilón y tira. “Already Gone” se editó como primer single junto con “James Dean” en la cara B, otro tema de sabor muy clásico y guitarrero. “Good Day In Hell” cierra el triplete más rockero de “On The Border” con una fenomenal guitarra slide ejecutada a la perfección por Felder, que justifica aquí su fichaje.

El disco, pese a ser netamente inferior a “Desperado” (1973) o incluso su gran debut de 1972 vendió mucho mejor. The Eagles comienzan a ser una banda verdaderamente grande: limusinas, hoteles caros y cocaína por todas partes (los roadies tenían ordenes de tener siempre preparadas unas líneas en la penumbra en la que se hallaban sus amplificadores para ponerse de vez en cuando durante el show) ante el descontento de Bernie Leadon, que era el único que no consumía.

Actúan en el festival “California Jam” ese mismo año ante más de 150.000 almas. Don Felder no pudo asistir por el parto de su mujer y fue sustituido por Jackson Browne (colaborador y compinche de la banda) en algunos temas. “California Jam” es más conocido por ser el marco en el que un infantil Ritchie Blackmore descontento con la organización termina destruyendo casi todos los elementos del escenario, como un niño consentido que termina rompiendo su juguete más caro para llamar la atención.

Llegados a este punto, The Eagles están ya totalmente descontrolados en cuanto al abuso de sustancias, en una cruenta guerra civil de egos y en medio de giras agotadoras. Bernie Leadon, principal voz discordante con la autoridad suprema establecida por el binomio que suponían Frey y Henley se hastiaba cada día más. No ayudó que el propio Leadon se emparejase con la hija del republicano Ronald Reagan, en aquel momento gobernador de California, hecho que molestaba a Frey sobremanera, demócrata convencido y reacio a relacionarse con nada que tuviese que ver con los conservadores.

Todas estas circunstacias darían como resultado que Benie Leadon, el músico que dotaba a The Eagles de ese sonido country folk único, acabaría abandonando para siempre la banda tras grabar su siguiente disco, “One Of These Nights” (1975).